Después de un largo y maravilloso año para nuestra Hermandad, en la que la espera se ha ido llevando los grandes momentos del veinticinco aniversario fundacional, el pasado 14 de abril llegó el ansiado día de gloria para muchos. Ahí donde empieza todo. Donde se comienza a vivir el sueño de esos días en los que el evangelio es público y camina entre los hombres y mujeres de fe.
Y así, con una magnifica y algo calurosa tarde de Domingo de Ramos, a tres golpes en el portón de la Merced, ésta Nuestra Hermandad de la Coronación de Espinas, pudo realizar su estación de penitencia, por las calles de nuestra capital manchega. A las 18:00 horas de la tarde y con una Plaza de la Merced, llena de fieles, el Diputado Mayor de Gobierno, ordenó abrir las puertas de la Iglesia de Santa María del Prado, para que comenzara a discurrir la Cofradía.
Deseamos resaltar, los grandes e importante estrenos que ha presentado nuestra Hermandad en su salida procesional, el pasado Domingo de Ramos. Un juego de palermos, realizados en los talleres de Paula Orfebres, para los diputados de tramo, así como los juegos de ciriales para ambos pasos realizados en los talleres de Salmerón (Socuéllamos), en metal sobredorado para el paso de misterio y en metal plateado para el paso de palio. Además, se han confeccionado nuevos ropones para los pertigueros, realizados por Dña. Joaquina Ponce y la restauración de las ocho jarras del paso de Palio en Orfebrería Orovio. Así como un nuevo incesario y naveta en plata donados por un hermano de la Hermandad.
Tras los sones de la marcha «Ave María» interpretada por la Banda de CCyTT Nuestra Señora del Prado-La Pasión, cruzaba el umbral de la puerta de la Merced el paso de misterio de Nuestro Santísimo Cristo Ultrajado y Coronado de Espinas, que lucía la nueva clámide presentada y bendecida en los cultos en su honor. La primera clámide en damasco, pintada a mano, con motivos vegetales y diferentes e importantes detalles muy vinculados a la Hermandad y a nuestra sede canónica. El misterio, realizaba su primera revirá en la plaza, con la nueva composición «Señor de la Merced» obra de D. Raúl Trujillo y dedicada a nuestro Señor, seguida de «Eucaristía». Como detalles, sobre el paso de misterio de la Coronación de Espinas, destacar el exorno floral de clavel rojo, iris morado y centro de calas blancas a los pies del Señor, en memoria de los hermanos fallecidos. Así como la túnica blanca, de la que fue despojado, colgando del lateral izquierdo del paso o la venia solicitada por la Hermandad, al Párroco de la Merced, para poder realizar estación de penitencia y que sostiene de su mano el centurión romano.
Dos de los momentos más especiales para Nuestra Corporación ocurren al inicio y al final de nuestro recorrido oficial como son, la llegada al Convento de las Hermanas Carmelitas descalzas, Madrinas de la Hermandad, donde las hermanas saludan a nuestros hermanos desde las rejas y ventanas del Convento. El Señor de la Merced, reviró su paso al compás de «Gitano tu eres de Santa María» para saludar a las hermanas del Carmen. Y cuando llegando al final del recorrido y antes de encarar el Pasaje de la Merced, a las puertas del Convento de las Religiosas de María Inmaculada, donde las hermanas sonríen a la llegada del paso de Nuestro Señor, esos ángeles en la tierra, que esperaban ilusionadas y con los ojos llenos de luz y cariño hacia nuestra Hermandad. El paso del Santísimo Cristo Ultrajado reviró hacia las hermanas para levantar a pulso con la marcha «Historias de Judea». Desde aquí nuevamente, les damos las gracias por su siempre acogida, respeto y dulzura con la que tratan a nuestra Hermandad y sus hermanos.
El cuerpo de capataces del misterio del Señor Ultrajado, elogia y se enorgullece de la cuadrilla de hermanos costaleros, la cual demostró durante todo su recorrido, la ilusión, la casta y la fe en Cristo, que chicotá tras chicotá fueron derrochando al paso del Señor. Una cuadrilla comprometida, que ha trabajado duramente y que ha demostrado lo que es capaz con el Señor de la Merced.
Pero eran las 18:20 horas de la tarde, cuando después de la salida del paso del Santísimo Cristo Ultrajado y Coronado de Espinas, y tras el tramo infantil, asomaba por la puerta de la Merced, el bendito palio morado de Santa María del Perdón, que al igual que hiciera la cuadrilla del misterio salía de rodillas de nuestra sede canónica, la Santísima Virgen nuevamente era portada por la única cuadrilla integra de mujeres costaleras. Una salida dificultosa que rompía todas las emociones con las notas de la Asociación Musical Mozart de Aldea del Rey interpretando la marcha «Pureza marinera» y que bajo una lluvia de pétalos que recibían en la plaza, a la Señora del Domingo de Ramos.
Entre los detalles a destacar y de admirar, Santa María del Perdón lucía tocado de encaje e hilo dorado, sobre el cual adornaban su pechero el puñal sobredorado y la cruz al mérito militar de San Hermenegildo, así como la nueva faja militar en seda natural y tejida en punto español, con entorchados bordados y flecos de canutillo de oro, donado para el porte de majestad que le imprime a la imagen de María Santísima.
Y como es especial el cariño y los cuidados que recibe de sus fieles y hermanas, la Santísima Virgen estreno nuevas enaguas de algodón y seda, rematadas con encajes de bolillo, igualmente donadas por una hermana costalera.
Nuevamente, y sin desmerecer el magnifico recorrido oficial que realizó el palio de Santa María del Perdón, es emocionante recordar los encuentros con las Hermanas Carmelitas descalzas en la Plaza del Carmen al rezo de «Encarnación Coronada» y con las Religiosas de María Inmaculada, que entre aplausos y cantos a la Virgen, emocionadas, recibían a la Niña de los Ojos Verdes y para las que esta cuadrilla también quiso levantar delicadamente a pulso con la marcha «Y en Triana, la O». A su salida del pasaje de la Merced, durante los últimos sones de la marcha «Macarena», el palio de la Santísima Virgen era nuevamente recibido con una lluvia de pétalos, que sorprendía a todos los fieles agolpados en la Plaza de la Merced.
Un enriquecido y ordenado cortejo, que poco a poco, durante los últimos años se ha visto incrementado en las filas de nazarenos, en el número de túnicas en la calle y el gran patrimonio propio de los atributos de la Hermandad que lo componen y que engrandecen nuestra salida procesional. Y no podemos terminar, sin agradecer desde estas líneas, la siempre colaboración de otras hermandades, en el préstamo de algunas piezas de su patrimonio, como es a la Hermandad del Santo Descendimiento, cediendo dos de sus incensarios y a la Hermandad de Nuestro Padre Jesús de las Penas, que presto las pértigas para nuestra salida procesional.
Y sin quererlo, un nuevo Domingo de Ramos fue cumplido y se ha consumado, por lo que permitirnos que rescatemos algunos de los párrafos del pasado XII Pregón de Hermandad, ya que el sueño de todos los hermanos, en esa entonces recién estrenada Cuaresma, ahora retorna a nuestras pupilas, con emociones y recuerdos, de lo que hace tan solo unos días, vivimos en el seno de nuestra Hermandad.
«Y así se fue, el «rey de los judíos». Siendo golpeado, escupido e insultado, supuestamente por soldados de bajo rango. La corona de espinas fue la culminación de su burla, tomando una corona como símbolo de realeza y de majestad, y convirtiéndola en algo doloroso y degradante. Pues como llega, se va.Y no esperaré al final para poder abrazarte desde este atril y darte las gracias.
Si a ti. A ti, Nazareno de la Coronación, gracias. Gracias a ti nazareno anónimo, por tu luz dirigida al Señor y a su bendita Madre. Gracias por iluminar el camino de la espera, el camino de la pasión. Porque tú eres símbolo y portavoz de nuestra profesión de fe. Por tu silencio, por tu promesa, por tus lágrimas calladas. Porque te respeto y te admiro. Porque lo darías todo por seguir andando y volver a perderte en cada esquina, en cada visillo del balcón o de las callejuelas sin apenas luz. Porque te veo venir y me estremezco. Gracias hermano, gracias nazareno, porque si tú supieras lo que siento cuando te veo. Si supieras lo que valoro tu esfuerzo. Lo importante que es tu luz y todo lo que lo dicen tus ojos cuando miras al Señor. Gracias nazareno anónimo, porque quiero seguir viéndote, quiero ver pasar tu luz y que me sea más ansiado el momento, de anunciar en silencio su llegada y su credo.
Gracias a ti, capataz. Ojos del que va ciego. Voz del Padre, del aliento bendito de Nuestra Madre. Gracias a ti, por romperte el alma y no dejar que tiemble tu voz bajo el umbral de la puerta, cuando los varales se arrodillan, cuando al Señor cada clavel le suspira por perfumar su arrogancia. Gracias capataz, por hacernos regresar a la casa del Padre y con tus plegarias, tocar con tanto fervor la gloriosa llamada al cielo.
Gracias a ti aguador, por apagar la sed del costalero. Por ser la compasiva voz que asoma a través del respiradero. Que con tu insignificante trabajo, humedeces los labios del Señor y recoges las lágrimas de Nuestra Madre, para que sean el aliento sobre el que reposa tan bendito peso.
Gracias al pabilero, que ilumina la candelería y los guardabrisas del Señor, para que no se apague la luz de su amor, la luz del primer nazareno. Gracias a ti, por traer las estrellas del firmamento y ponerlas bajo palio, para que la cera siga llorando.
Gracias al hombre que esculpió tan bellas figuras. Gracias a las manos y al corazón, que desde tierras sevillanas trajo un tocito de tan mágica ciudad, a estas tierras manchegas, que también saben querer y rezar a la Madre de Dios. Por curar y cerrar sus heridas, por quitarle la corona de espinas de su sien y endulzar su mirada. Gracias a ti escultor y buen cristiano, por hacer posible la niñez y dulzura de María y el semblante de nuestro Señor Ultrajado.
Gracias a ti músico, por poner las notas y la melodía de cada marcha. Por marcar el compás del movimiento de sus caídas y el andar de Nuestro Padre soberano.Por no desfallecer ante el calor o el frío de la noche,cuando ya ha caído la tarde. Apóstoles privilegiados de las cofradías por ir tras el Padre, por mecer a nuestra Madre. Gracias a tus sones de pasión al Señor de la Merced y por tus partituras llenas de pureza para la amargura de Nuestra Madre. Gracias por poner la música a nuestros recuerdos, por las composiciones que nos hacen abrazar de lejos la Cuaresma. Por darme para mis sentidos más añejos, el tambor del Rocío, la callejuela, esa eternidad en la Fe, que va marcando el izquierdo de nuestras cuadrillas.
Y no me olvido de usted, Padre. Guía espiritual de esta cofradía, fuera y dentro de la Merced.Gracias, por ser maestro, por ser el pastor de este joven e ilusionado rebaño del Señor. Gracias, por sus oraciones, por sus consejos, por su comprensión y por su perdón. Por custodiar su manto en tan larga penitencia, sin ver su cara, sin admirar su rostro.Y por portar la medalla de esta Hermandad con tanto cariño y respeto como lo hace usted. Gracias.
Y a ti, costalero ¿Qué te digo? o a ti hermana costalera, ¿me queda algo por decirte? A vosotros que recibisteis la llamada de las trabajaderas por devoción a Nuestros Sagrados Titulares y en algunos casos por afición al mundo del costal, en ambos, fuisteis atraídos por el peso de su amor para quedaros y formar parte de esta sangre coroná que ahora corre por nuestras venas. Porque al Señor y a su bendita Madre, le da igual que seáis hombres o mujeres. Ambos habéis sentido el beso de la madera en vuestra cerviz, les habéis rezado con la oración más pura de los pies del costalero, habéis sentido la intimidad de una trabajadera y el anonimato de un faldón. A vosotros que habéis sabido llevar la espera del primer ensayo con vuestra cuadrilla, que también será la mía y de todos aquellos hermanos y de todas aquellas costaleras, que en algún momento de su vida han pasado por estas gloriosas trabajaderas. A todos los que han paseado y pasean nuestro evangelio, que os ajustáis la faja y os enfundáis un costal. No voy yo a daros las gracias hoy aquí, porque sé que serán ELLOS, a quienes tenéis en vuestro pensamiento,esa imagen divina que mecéis con vuestra particular promesa, a quien les pido, que os agradezcan de aquella forma que mas necesitéis, la casta, el valor, el amor y los momentos de sufrimiento de tan largas chicotás. Así que, con permiso de nuestros dos capataces, con los que hemos compartido gloriosos años en esta Hermandad. Los que nos han guiado, enseñado, dado lecciones, como hermanos, como cofrades, y que tanto Julio como Mayte por derecho, disponen de ese lugar tan privilegiado al frente de nuestros pasos, con permiso de ellos, os digo….»
AL CIELO SIEMPRE CON EL SEÑOR DE LA MERCED.
Y DE FRENTE, CON MIMO,QUE A NUESTRA MADRE NO LE DUELA. QUE NO HAY PALIO MÁS ELEGANTE QUE EL DEL ANDAR, DE LA MUJER COSTALERA.
Y por supuesto, Gracias a ti. A esa persona que ha demostrado el inmenso amor que siente por esta Hermandad, de principio a fin. Una mujer que ha luchado por levantar nuestra Cofradía y dejarla en el lugar donde se merece. Sabemos que aún queda mucho trabajo por delante, pero tanto esfuerzo, tantas noches en vela, tantas ilusiones y sueños, han dado sus frutos y por todo lo que nuestra actual Hermana Mayor ha trabajado, muchos estamos aquí. Gracias por tu trabajo incansable y callado, por todo lo que has soñado y nos has hecho soñar a los hermanos de la Coronación, por demostrarnos que la devoción a Nuestros Titulares es el único timón al que agarrarse y por el que remar día a día. Por abrir la Hermandad a todos y por trabajar con y por esta familia de sangre Coroná. Gracias.
XII Pregón de Hermandad – Pronunciado por N.H.Dª Cristina Almodóvar López (08 de marzo de 2019)
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