Vigésimo tercer aniversario Coronación

Aquel que haya podido conocer o se haya interesado en leer alguna vez, la «Historia» de esta nuestra Cofradía, habrá caído en la cuenta de que estamos en una fecha especial para la misma. Hace veintitrés años, en un día como hoy, 27 de septiembre, que el Obispo-Prior D. Rafael Torija de la Fuente, aprobaba canónicamente la constitución de la Hermandad de la Coronación de Espinas que entonces, únicamente tenía como Titular, al Santísimo Cristo Ultrajado y Coronado de Espinas. No sería hasta el año 1997, cuando la Junta de Gobierno redactaría y presentaría unos nuevos Estatutos, para incluir a Santa María del Perdón como también Titular de la Hermandad.

Todos nosotros, que somos hijos de Dios y hermanos de la Coronación de Espinas, que miramos a los ojos de Nuestro Señor para ver al Padre y nos agarramos fuerte de la mano de la Santísima Virgen en busca de la luz y el camino de la fe. Nosotros que encontramos el mayor de los refugios tras los barrotes de la capilla de la Merced y tachamos los días del calendario a la llegada de un nuevo Domingo de Ramos, todos nosotros, estamos de celebración. Hace veintitrés años, que el amor al Señor, la fraternidad con la Iglesia y la pasión por extender la palabra de Dios, de un grupo de catequistas y cofrades de Ciudad Real, hizo posible que hoy vayamos a rezar frente a Ellos y encontremos el consuelo, la misericordia y la fuerza para superar nuestro día a día.

Capilla de la Coronación de Espinas con motivo de la festividad de la Merced y el vigésimo Aniversario de la Hermandad

Capilla de la Coronación de Espinas con motivo de la festividad de la Merced y el vigésimo aniversario de la Hermandad

Sigamos rezando juntos, por aquellos que aún no conocen el amor infinito del Stmo. Cristo Ultrajado y Coronado de Espinas, por aquellos que aún no se han perdido en el aliento afligido de su rostro. Por aquellos que no han sujetado la cuerda que aprieta sus muñecas o secado su torso desnudo. Recemos juntos, por aquellos que aún no se han encontrado frente a la «Niña de los Ojos verdes», que aún no han pronunciado tan bello nombre y se han llenado de Perdón y misericordia. Recemos juntos por aquellos que aún no han rozado sus manos después de sujetar la corona de espinas entre sus dedos y no conocen su perfume que huele a canela y clavo.

Que el Señor, el Santísimo Cristo Ultrajado y Coronado de Espinas y su bendita Madre, Santa María del Perdón, nos guíen en el camino del Padre y nos mantengan juntos como fieles y verdaderos hermanos, fuera y dentro del seno de la Hermandad, para que entre todos podamos seguir extendiendo la palabra de Dios.